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ENTREVISTA: Victor Riverola sobre "El lobo de las nieves"
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20 de Abril de 2015

ENTREVISTA: Victor Riverola sobre "El lobo de las nieves"

Desnivel

Montaña, aventura, historia, amor, espionaje y secretos son los ingredientes magistralmente entrelazados de la novela El lobo de las nieves, la primera de Víctor Riverola (Barcelona, 1975) y finalista del Premio Desnivel de Literatura 2014. Una batería de personajes con vidas opuestas pueblan una historia que se enreda en una trepidante espiral de violencia, conspiración y pasión a los pies del Matterhorn, en los Alpes.

¿Cómo surge la idea? 
El espionaje, la montaña y las dos guerras del siglo XX siempre han dado mucho juego y, desde hace años, acariciaba la idea de escribir una novela, mi primera novela, tras muchas guías y ensayos dedicados a viajes, a la montaña y al mundo del cine. Desde hace tiempo soñaba con escribir una novela con un final situado en el Matterhorn (Zermatt), la montaña que más me ha marcado en mi vida y a la que le tengo un respeto y un amor impresionantes. Tenía ganas de mezclar en un libro grandes dosis de acción con erotismo, escalada, espionaje y crítica político-histórica.

¿Qué te apetecía contar?
Una historia real escondida entre ficción y misterio. Siempre he pensado que la red ODESSA existe o existió, y que hay miles de nazis ocultos en Sudamérica, en Asia, en los EEUU y en algunos países de Europa, incluso en España. Puede que en muchos casos solo quede su descendencia, pero la red de ayuda a antiguos nazis es real, y es algo que siempre me ha parecido interesante de investigar. A la hora de escribir quería contar la historia de dos personajes muy distintos pero que se atraen debido a los acontecimientos que sus vidas experimentan. Ambos e verán obligados a vivir al límite, vendiendo en ocasiones su alma al diablo. El personaje de Francine es extremo, duro, radical… Ese tipo de mujeres me fascinan. La historia nos ha regalado heroínas que fueron espías, agentes infiltrados en el corazón del mal persiguiendo un objetivo. ¿Qué sucede cuando algunos malos no son tan malos y los buenos no son tan buenos? Ese argumento me dio pie a crear una historia de venganza, pasión y redención ambientada justo después de la Segunda Guerra Mundial en los Alpes suizos, un escenario que a nivel visual me resulta espectacular. Soy un enamorado de los Alpes, de los años 40, de su música, su ropa, sus gentes, su historia…fue un periodo lleno de cambios, de tristezas y alegrías, de evolución y de vergüenza, en muchos aspectos. Fue una época en la que el ser humano fue capaz de mostrar su mejor y su peor rostro.

Este año se conmemoran dos acontecimientos históricos importantes: 70 años del fin de la II Guerra Mundial y 150 de la conquista del Matterhorn. ¿Qué peso tienen en la trama de la novela?
Desde el primer momento tuve muy presentes ambas efemérides, era mi forma de honrar la memoria de muchos caídos, inclusive españoles que murieron durante la guerra. En el libro, una parte del argumento gira entorno al papel que tuvieron las víctimas del holocausto y sus verdugos. Por otro lado, el hecho de situar el clímax final en el Matterhorn lo veo como una especie de homenaje personal a los 150 años de la conquista de dicha cumbre. En la novela, la montaña actúa como catalizador de emociones, convirtiéndose en varios capítulos en un personaje más. Y el Matterhorn se convertirá en el protagonista de los últimos capítulos, incluyendo una sorpresa final en su glaciar de la cara norte que no revelaré. En el libro se muestra la afición por el alpinismo, el esquí y la escalada que tenían los británicos, alemanes, franceses… incluso los norteamericanos, muchos de ellos soldados u oficiales durante la guerra.

¿Cuánto tiempo has tardado en escribir la novela?
Algo mas de año y medio, sin contar el proceso de documentación. A finales de la primavera de 2013 empecé a escribir, alternando El lobo de las nieves con el ensayo novelado La montaña puede curar. Cuando tenía a medias este último libro falleció mi padre, lo cual me obligó a cerrar el capítulo dedicado a su vida… con su muerte. Fue una especie de catarsis que en aquel momento consideré necesaria, pero me dejó muy tocado anímicamente y me concentré en El lobo de las nieves, con la intención de animarme. Terminé de escribir el libro antes del verano de 2014. El primer capítulo que terminé fue el último.

¿Cómo te has documentado?
He viajado por Francia, Escocia, Alemania y Suiza. He entrevistado a alpinistas veteranos como Jordi Pons o Richard Andenmatten. He viajado a varios campos de concentración y exterminio y recopilado información en fundaciones y bibliotecas. También me he leído buena parte de la colección de libros históricos que mi padre me dejó. Tenía una biblioteca excepcional. Por fortuna, pude contrastar con él varios detalles del libro antes de su fallecimiento. También reconozco que el haber escrito seis o siete guías de montaña sobre la zona, ayuda.

La novela se estrena junto a varios vídeos breves donde se recrean ambientes y personajes. ¿Lo audiovisual te ha ayudado en el proceso de escritura?
Absolutamente. Es algo realmente curioso, porque normalmente se rueda la película del libro, y no el libro de la película, pero en este caso, reconozco que el rodaje de los dos trailers y una featurette de presentación de Francine me han ayudado muchísimo a la hora de aportar detalles al libro. Es curioso, en mi cabeza siempre he visto el libro como una novela en blanco y negro, por ese motivo los dos trailers que rodamos son así. He podido poner cara a los personajes, dotándoles de una vida propia, con detalles que abarcan desde tatuajes, peinados y vestuario a maquinas de escribir... Algunos de los actores que aparecen en pantalla forman parte de la Asociación Catalana de Coleccionistas de Uniformes Históricos (ACCUH). Algunos son alpinistas, esquiadores e incluso historiadores.

¿Quién es el lobo de las nieves?
Es el nombre de una operación encubierta. No puedo decir más.

¿Qué autores o novelas han sido referencias para este libro?
Alistair MacLean me fascina. Fue capaz de unir el thriller con el romanticismo, la acción y la historia real de un modo único. Autor de excelentes novelas y de sensacionales adaptaciones al cine, como pueden ser “El Desafío de las Águilas”, “Los Cañones de Navarone” o “Estación polar Cebra”. Gran apasionado de la escalada y los deportes de montaña, MacLean me ha inspirado desde que era un crío. Recuerdo varias novelas alemanas anteriores a la Segunda Guerra Mundial que me dejaron muy buen sabor de boca. No puedo pasar por alto a Ian Flemming, creador de James Bond, junto a Robert Ludlum, Graham Greene, Frederick Forsyth, John Le Carré y Ken Follett. Son grandísimos autores dotados de una inmensa capacidad descriptiva que han creado novelas llenas de suspense, acción y datos históricos realmente interesantes. En España me inspira muchísimo Juan Gómez Jurado.

Eres finalista del Premio Desnivel de Literatura. ¿Escribiste la novela pensando en presentarte al certamen?
La escribí con la intención de que a Desnivel le interesara publicarla, tanto por el tema que toca como por la idea de mezclar varios géneros. Cuando me llamaron para decirme que no había ganado, pero que había quedado finalista, me hizo muchísima ilusión, para mi es llegar muy lejos. Esta es mi primera novela, y tras diez libros publicados, me tomé el reto con muchas ganas.

¿Cómo convencerías a un lector para que le interesase tu novela?
Siempre he creído que el thriller histórico es un género fascinante. Las novelas de espionaje, acción y aventuras ambientadas en localizaciones de alta montaña en los Alpes me apasionan. Si a ello le añadimos un toque de erotismo, de crítica y creamos debate, podremos ir mas allá, abriendo la puerta al disfrute y también a la reflexión. Si el lector coincide conmigo, disfrutará leyendo El lobo de las nieves.